de vez en cuando es necesario recordar lo pequeños que somos, eso nos ayuda a mantener los pies en la tierra.
El final llega cuando menos lo esperas, el suspenso de la duda te mantiene con la mente ocupada en otras cosas y cuando menos lo piensas se levanta el telón de la fatídica obra donde eres el protagonista del final mas ingrato, donde aplazas lo mas posible el inevitable final, sucumbiendo ante la agónica espera. Es tu momento de gloria, todas las miradas sobre ti, es el clímax, todos lo esperan. La tensión te ahoga, el momento llego y las miradas sucumben ante aquel espectáculo.
El silencio cala los huesos, nadie se atreve a romperlo, todos miran atónitos la escena teñida del más profundo rojo sangre.. de a poco surgen los ensordecedores aplausos
la mirada perdida del desdichado protagonista entregado al mas ingrato de los finales yace inerte en el escenario
conservando aún los colores de la prófuga vida...
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