Era muy tarde, nuevamente el insomnio se hacía presente, la cama estaba en una de las esquinas de la pieza, pero aunque estaba cansado no podía dormir. Perdía el tiempo como siempre en los interminables cuestionamientos que nacen por el exceso de tiempo libre. En su mano, solo tenía un celular sin dinero para llamar, una cajetilla de cigarros, una libreta y su mente. Se sentó en el escritorio y se aventuro a escribir, puras bazofias, como era habitual. Pero nada podía surgir de esa noche, para variar estaba bloqueado, en vista de eso solo se aventuro a dibujar... era un pésimo dibujante pero siempre terminaba dibujando lo mismo, era extraño, como si aquellas formas le quisieran comunicar algo. Siempre se repetían en sus dibujos cosas como armas antiguas, monjes, armaduras medievales, formas humanoides, platillos voladores junto con nombres de personajes que consideraba relevantes o lo marcaron en algún momento... rollos de papel antiguo, signos y simbolismos. Como si de apoco se nutriera de ese tipo de información por algo, como si poco a poco armara un puzle que le obsesionaba terminar, como si tuviera una finalidad. Cuando era pequeño era muy retraído, a veces vagaba por los patios del colegio en recreo, mientras todos reían y jugaban, se preguntaba porque no podía ser como ellos, ¿porqué se sentía distinto?. Nunca logro entenderlo del todo, sus gustos tan extraños, el pesimismo que le rodeaba, las inseguridades y pensamientos que le asaltaban a diario. Conforme paso el tiempo logro encapsular todo eso, algo así como dejarlo pendiente y comenzar a adaptarse, cuando cumplió 12 años volvieron a surgir esas cosas, como si fuera necesario retomarlas, poco a poco fue logrando comprender que era parte de su ser, se dio cuenta que era algo con lo que tendría que aprender a vivir, se definió como meta conocerse lo que más pudiera y en algunos puntos lo logró, se centro en su ser y su círculo cercano, como quien se resguarda en su fortaleza, postergó algunas cosas que consideró que no aportarían a su propósito, se acentuó su personalidad reflexiva, comenzó a entender su mundo. La mayoría de las personas creen que viven en el mismo mundo, realmente cada persona tiene el suyo, en el cual tienen una forma de actuar guiada por sus propios ideales, sus prioridades y con una escala de valores propia, nadie ve el mundo como el otro, quizás existan similitudes, pero la forma de ver el mundo es algo netamente personal.
Así lentamente se dio cuenta que sería un arduo trabajo y que nadie lo entendería, a veces era tedioso y por ratos perdía el rumbo, llego a meterse en temas que no debía abordar, algunos le perturbaron mucho, entro en situaciones desagradables y sus sueños comenzaron a cambiar, su curiosidad lo llevo por caminos que no debía tomar y afecto a cercanos, decidió dejarlo y tomo distancia de ello para volver a lo suyo, comprendió que debía comenzar a cerrar el ciclo, llegó a la conclusión que había logrado lo que quería, tenia respuestas a muchas de las preguntas que se había formulado. Había alcanzado en parte uno de sus objetivos. Era momento de avanzar y dar el siguiente paso...
la amiga más sensata del que reflexiona es la soledad, la que no te interrumpe, la que te aclara, la que junto al silencio te guía, la que junto con el insomnio te preocupa, la que con el cansancio se duerme, la que con los sueños te muestra realidades incomprensibles con los más variados códigos, códigos que solo tú conoces, las llaves de tu inconsciente, los secretos más profundos de tu ser, la puerta entre la luz y la oscuridad interior, el momento para saber quién eres realmente.
viernes, 17 de junio de 2011
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