Desde pequeño había sido muy tradicionalista, era muy respetuoso de las creencias familiares y nunca sería capaz de romperlas. Su padre era uniformado y el no podía ser menos, respetuosos de la ley y amante de su patria, su vida ya estaba estipulada atreves de la tradición familiar, debería ser parte del ejercito, pero él pensaba muy distinto a toda su familia incluso sus ideales eran muy distintos a los necesarios para tal tarea, pero no tenía el valor suficiente para enfrentar a su familia y negarse a la idea de seguir la sagrada costumbre familiar.
Cuando cumplió la edad debida se celebro una gran fiesta en su honor, seria participe de la quinta generación en seguir el designio familiar, sus sentimientos eran confusos, su mente estaba nublada, no podía negarse a tal idea, sería un desaire de proporciones y nadie se lo perdonaría. Fue así como llego a las fuerzas armadas, viviendo una vida que nunca quiso y totalmente contraria a lo que consideraba correcto. Paso el tiempo y aunque no le gustaba lo que hacia siguió en sus cuestionamientos mentales, el entrenamiento era duro y el destacaba en la mayoría de las tareas, fue así como le designaron la tarea de ser líder de su grupo, poco a poco fue socializando con cada uno de sus subalternos, el muy por el contrario a lo que se creería, con ellos logro generar algo más que solo una relación de trabajo, se dio el tiempo de conocerlos como personas. Contrariamente a lo que le habían dicho, el trataba a los miembros de su grupo con gran afectividad y durante el entrenamiento se convirtieron en grandes amigos.
Todo parecía bien, al cumplir con sus tareas de líder el trataba con frialdad a su tropa mientras estaban con altos rangos militares, quienes verían con malos ojos a su trato tan familiar e indisciplinado. pero mientras se preparaban para la instrucción de la mañana escucho una conversación de pasillos que hablaban de rumores de guerra, algunos problemas políticos y el mal manejo de las relaciones diplomáticas habían generado un ambiente hostil que había generado un enfrentamiento inevitable, las relaciones diplomáticas entre ellos habían sido rotas y las amenazas de ataques subían, se había transformado en una guerra psicología, la que en pocos momentos tendría un gran giro y se transformaría en realidad.
Había llegado la orden de movilizar las fuerzas armadas a los límites colindantes con dicho país, fue así como a nuestro protagonista lo derivaron al apoyo de dicha misión, parecía un trabajo simple. Solo se habían preparado con la movilización de algunos grupos de uniformados para mantener la presencia y vigilancia del lugar. El ambiente era tenso y por momentos había rumores de ataques que hacían que todas las fuerzas estuvieran atentas al más mínimo movimiento.
Hasta que el momento llego, estaban de guardia los subalternos de nuestro protagonista, el estaba en labores administrativas cuando llego la orden de avanzar, en un ejercicio de reconocimiento del área se veían avanzar en bloque una gran cantidad de soldados y unidades de apoyo terrestre, nerviosos informaron de la situación, la respuesta fue que mantuvieran posiciones. en ese momento estando tan cerca de entrar en guerra nuestro protagonista no lograba mantenerse tranquilo, sabía que la patria y esas bazofias no eran nada que le importara demasiado, pero al conocer cada cosa de su pelotón, al saber cada historia humana detrás del uniforme todo tenía un nuevo sentido, el lucharía hoy por su familia, por sus seres queridos y amigos, contra los invasores que avanzaban sin dar un pie atrás el sentido de pertenencia que había desarrollado era muy fuerte, pero no correspondía a lo habitual que pensaría un militar, el tenia claro las reglas del juego. El ataque empezó antes del amanecer, el infierno se hacía presente en la tierra una vez más, el sonido ensordecedor de explosiones y balazos desplazaba el silencio. Mantuvieron posición en el lugar, informaron de la actividad enemiga en la frontera, a esto se enviaron refuerzos a la zona. Pero esto había comenzado y no terminaría tan fácil, deberían esperar la ayuda, mientras ahora eran minoría y seguían siendo asediados por balas y explosiones.
en ese momento sintió miedo de verdad, se dio cuenta que la razón por la que peleaba no era más que sobrevivir para volver a ver a su familia, era matar o morir, no por ser héroe, tampoco por la patria, si no por sus compañeros de unidad que a estas horas eran amigos, por sus familias y para volver a ver a los suyos, entendió que la patria no era más que una ilusión y que peleaban por cosas distintas, mientras algunos soñaban con ser recibidos con honores y recibir alguna medalla, el solo quería volver a casa con los suyos. Mientras se replegaban uno de sus compañeros cayó herido, el sonido del proyectil desgarrando su carne fue horrible, acompañado de un grito ensordecedor que lo tumbo, dio la orden de volver por él, pero si lo hacían no podrían replegarse junto con los demás, pero aun así volvieron, mientras algunos cubrían sus espaldas lo tomaron como pudieron pero se abalanzaban con bravía contra ellos, avanzaron unos metros y cayeron. Ya estaba todo perdido. Con fusiles en mano y como una unidad resignados a la inevitable muerte vaciaron sus cargadores contra los enemigos que se venían contra ellos con todo, poco a poco todo se volvió lento, miro el cielo y sintió un fuerte dolor en el pecho, se le escapo un alarido y sintió como lentamente perdía fuerzas, como lentamente se le escapaba la tibia vida, pesadamente brotaba desde su herida y lo empapaba todo. En su mente sonaba una canción, que lo tranquilizo, recordó como cuando era pequeño solía espiar a papá mientras leía en su estudio, con un puro en la boca. Mientras escuchaba el famoso coro de la opera Nabucco de Verdi... mirando tras la puerta, por el espacio que dejaba al estar entre abierta. Siempre quiso que su padre se sintiera orgulloso de él, aunque nunca tuvieron una buena relación el siempre fue su héroe. Ahora lo entendía todo... al menos había cumplido uno de sus objetivos, había entregado la vida por el orgullo de su padre…
Verdi. Nabucco. Va pensiero
http://www.youtube.com/watch?v=MYhxfq8HoxY
Cuando cumplió la edad debida se celebro una gran fiesta en su honor, seria participe de la quinta generación en seguir el designio familiar, sus sentimientos eran confusos, su mente estaba nublada, no podía negarse a tal idea, sería un desaire de proporciones y nadie se lo perdonaría. Fue así como llego a las fuerzas armadas, viviendo una vida que nunca quiso y totalmente contraria a lo que consideraba correcto. Paso el tiempo y aunque no le gustaba lo que hacia siguió en sus cuestionamientos mentales, el entrenamiento era duro y el destacaba en la mayoría de las tareas, fue así como le designaron la tarea de ser líder de su grupo, poco a poco fue socializando con cada uno de sus subalternos, el muy por el contrario a lo que se creería, con ellos logro generar algo más que solo una relación de trabajo, se dio el tiempo de conocerlos como personas. Contrariamente a lo que le habían dicho, el trataba a los miembros de su grupo con gran afectividad y durante el entrenamiento se convirtieron en grandes amigos.
Todo parecía bien, al cumplir con sus tareas de líder el trataba con frialdad a su tropa mientras estaban con altos rangos militares, quienes verían con malos ojos a su trato tan familiar e indisciplinado. pero mientras se preparaban para la instrucción de la mañana escucho una conversación de pasillos que hablaban de rumores de guerra, algunos problemas políticos y el mal manejo de las relaciones diplomáticas habían generado un ambiente hostil que había generado un enfrentamiento inevitable, las relaciones diplomáticas entre ellos habían sido rotas y las amenazas de ataques subían, se había transformado en una guerra psicología, la que en pocos momentos tendría un gran giro y se transformaría en realidad.
Había llegado la orden de movilizar las fuerzas armadas a los límites colindantes con dicho país, fue así como a nuestro protagonista lo derivaron al apoyo de dicha misión, parecía un trabajo simple. Solo se habían preparado con la movilización de algunos grupos de uniformados para mantener la presencia y vigilancia del lugar. El ambiente era tenso y por momentos había rumores de ataques que hacían que todas las fuerzas estuvieran atentas al más mínimo movimiento.
Hasta que el momento llego, estaban de guardia los subalternos de nuestro protagonista, el estaba en labores administrativas cuando llego la orden de avanzar, en un ejercicio de reconocimiento del área se veían avanzar en bloque una gran cantidad de soldados y unidades de apoyo terrestre, nerviosos informaron de la situación, la respuesta fue que mantuvieran posiciones. en ese momento estando tan cerca de entrar en guerra nuestro protagonista no lograba mantenerse tranquilo, sabía que la patria y esas bazofias no eran nada que le importara demasiado, pero al conocer cada cosa de su pelotón, al saber cada historia humana detrás del uniforme todo tenía un nuevo sentido, el lucharía hoy por su familia, por sus seres queridos y amigos, contra los invasores que avanzaban sin dar un pie atrás el sentido de pertenencia que había desarrollado era muy fuerte, pero no correspondía a lo habitual que pensaría un militar, el tenia claro las reglas del juego. El ataque empezó antes del amanecer, el infierno se hacía presente en la tierra una vez más, el sonido ensordecedor de explosiones y balazos desplazaba el silencio. Mantuvieron posición en el lugar, informaron de la actividad enemiga en la frontera, a esto se enviaron refuerzos a la zona. Pero esto había comenzado y no terminaría tan fácil, deberían esperar la ayuda, mientras ahora eran minoría y seguían siendo asediados por balas y explosiones.
en ese momento sintió miedo de verdad, se dio cuenta que la razón por la que peleaba no era más que sobrevivir para volver a ver a su familia, era matar o morir, no por ser héroe, tampoco por la patria, si no por sus compañeros de unidad que a estas horas eran amigos, por sus familias y para volver a ver a los suyos, entendió que la patria no era más que una ilusión y que peleaban por cosas distintas, mientras algunos soñaban con ser recibidos con honores y recibir alguna medalla, el solo quería volver a casa con los suyos. Mientras se replegaban uno de sus compañeros cayó herido, el sonido del proyectil desgarrando su carne fue horrible, acompañado de un grito ensordecedor que lo tumbo, dio la orden de volver por él, pero si lo hacían no podrían replegarse junto con los demás, pero aun así volvieron, mientras algunos cubrían sus espaldas lo tomaron como pudieron pero se abalanzaban con bravía contra ellos, avanzaron unos metros y cayeron. Ya estaba todo perdido. Con fusiles en mano y como una unidad resignados a la inevitable muerte vaciaron sus cargadores contra los enemigos que se venían contra ellos con todo, poco a poco todo se volvió lento, miro el cielo y sintió un fuerte dolor en el pecho, se le escapo un alarido y sintió como lentamente perdía fuerzas, como lentamente se le escapaba la tibia vida, pesadamente brotaba desde su herida y lo empapaba todo. En su mente sonaba una canción, que lo tranquilizo, recordó como cuando era pequeño solía espiar a papá mientras leía en su estudio, con un puro en la boca. Mientras escuchaba el famoso coro de la opera Nabucco de Verdi... mirando tras la puerta, por el espacio que dejaba al estar entre abierta. Siempre quiso que su padre se sintiera orgulloso de él, aunque nunca tuvieron una buena relación el siempre fue su héroe. Ahora lo entendía todo... al menos había cumplido uno de sus objetivos, había entregado la vida por el orgullo de su padre…
Verdi. Nabucco. Va pensiero
http://www.youtube.com/watch?v=MYhxfq8HoxY
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