viernes, 17 de junio de 2011

El sueño de esta tarde.

Atrapado en un sueño vi la destrucción de una isla, atormentados corrían todos, caras desconocidas para mí. De tanto pensar el final imagine de forma teatral el último acto, una isla pequeña con un volcán en medio, una tempestad horrible ataco el lugar, despedazando todo lo que encontró a su paso caras de terror mostraban en sus facciones el reflejo de tal apocalíptica visión, preso de un sueño con difícil despertar dejo en mi el sabor de la más pura desesperanza, corriendo de manera desenfrenada buscaba la forma de encontrar un escape. Era prisionero, como pez en una pecera asediado por un gato. La tierra se empezó a mover y grandes bloques de tierra y piedras caían por las faldas del volcán que había justo en el centro de la isla, ante ello me acerque a la única chica que tenía cerca en una apacible acción que descolocaba por la normalidad que mostraban su actuar y le pregunte, no intentas escapar?.... ella respondió " A donde ?" con una amargura que calaba hasta los huesos, su desesperanza y falta de fé estuvo lejos de invadirme, pero si me afecto al oírla, ante lo que respondí descolocado, "por ultimo intentemos usar un bote a remos", ante mis palabras termine eligiendo el mayor de mis temores como el final de mi visión apocalíptica, era lógico el termino con semejante tempestad, coronada por un sismo de proporciones producido por la erupción del volcán, quedando inconclusa aquella fatídica conversación que dejo un amargo sabor en mi. llegue como pude a las orillas de la playa, había elegido el final del más profundo misterio, yacer en el implacable azul oscuro de las aguas del mar, que rugía con gran bestialidad. me sentí tan pequeño ante aquella visión que fue la ultima visión de mi sueño, yo ante mi gran tumba, mi gran final, mi apocalipsis mental, intentando domar a la bestia negra de mis miedos más profundos, ahí entendí mi miedo, mi subconsciente con gran brillantez había retratado para mi ese horrible cuadro mostrando ante mí, el mayor de mis miedos. Me oprimió el corazón una profunda tristeza y en ese momento la desesperanza me invadió y mi fe se esfumo como un cubo de hielo frente al sol de la más calurosa tarde. Mi miedo, acrecentado por los cuentos de marinos de libros antiguos que alguna vez leí, por las atrocidades que guardaba el mar en su interior, por las películas que alimentaron mi imaginación, por la visión de Lovecraft que presagiaba un final llegando de sus profundidades que ante mi pensar no era mera ficción, más bien era una posibilidad más del abanico de posibilidades de un impostergable cataclismo.

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nos vemos al final del arcoiris

 la vida es cruda a veces y no nos da tiempo para maniobrar, no sabemos cuando será la ultima conversación o la ultima sonrisa que recibirem...