Esperaba en el lugar acordado, parecía nervioso por su actuar, el tiempo pasaba muy lento y ya no sabía qué hacer por los nervios, prendía su ultimo cigarro. Miraba la hora una y otra vez mientras caminaba en circulo y buscaba entre la multitud de gente que caminaban desordenados en distintas direcciones y velocidades, parecía preocupado. Cuando se disponía a tomar su teléfono celular apareció en su encuentro el motivo de su impaciencia, una chica de estatura media, muy bien vestida, de mirada misteriosa, se acerco a él caminando rápido a su encuentro y en esos momentos una simple conversación tuvo lugar. Tenían mucho que conversar, pero las palabras no comunicaban lo suficiente, él tomándola por las manos le dijo con voz temblorosa y notoriamente nervioso, “Creí que no llegarías”. Ella con una sonrisa tímida y sin mirarlo a los ojos le dijo “No te dejaría plantado y tú lo sabes”, luego de esto ella salto a sus brazos. Lo pillo por sorpresa, el respondió el abrazo. Fue ahí cuando note que el tiempo poco a poco comenzó a perderse, como si desapareciera por un momento, aquel abrazo tubo la fuerza suficiente para detenerlo. Ese abrazo fue eterno el tiempo poco a poco se borro, como si sintiera culpa de haberlos hecho esperar, como si devolviera de alguna manera el tiempo a aquellos dos.
De aquel abrazo nació un tierno beso que no podría cuantificar en tiempo, no sé si fueron horas, días, meses o años. Solo sé que la gente al pasar tan rápido frente a ellos no notaba su presencia, quizás si los hubieran visto, tendrían noción de cómo viajar en el tiempo…
De aquel abrazo nació un tierno beso que no podría cuantificar en tiempo, no sé si fueron horas, días, meses o años. Solo sé que la gente al pasar tan rápido frente a ellos no notaba su presencia, quizás si los hubieran visto, tendrían noción de cómo viajar en el tiempo…
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