martes, 28 de febrero de 2017

Camino a lo desconocido

  Esperaba en la orilla de la playa tranquilamente a mi ultimo viaje, el tranquilo barquero estaba en una actitud apacible y tranquila. el día parecía un helado día de invierno pero las aguas del mar parecían calmadas, en su profundidad solo lograba distinguir el oscuro intenso de las aguas, el día estaba teñido de escala de grises, como en aquellos días cuando la melancolía te visita y se queda, esa sensación de tu corazón apretado, cuando el aire se acaba. era mi momento de subir y tomar el camino. ese camino que paso a paso se pone mas difícil. aquel camino que te aleja de donde quieres estar realmente. el barquero se acerco lo suficiente al viejo muelle que parecía en ruinas, logre subir y se quedo frente a mi, su figura oscura cambio y tomo una extraña apariencia muy real, aquel ser parecía verme carente de cualquier sentimiento. hasta ese momento solo estaba viendo la mitad de la realidad por culpa de mi mente inquieta. lograba de ese modo por un segundo tener la claridad suficiente para notar que extendía su mano frente a mi. reaccione buscando en mis bolsillos pero note que no tenia nada, busque luego en los de la chaqueta y logre identificar la existencia de dos monedas, ambas parecían de oro. no lograba identificar el nombre ni la cara de aquel recuerdo pero si tenia pequeños fragmentos de una inusual despedida. un abrazo fuerte y un sonido metálico en mis bolsillos. en ese preciso instante pareció que las piezas del rompecabezas caían en su lugar. extendí mis manos con las monedas y se las entregue a aquel extraña persona. sus manos cambiaron de su viva apariencia junto a su rostro. pareció tomar lugar en su barca. para lo cual le agradecí el viaje.

Recordé su nombre, Caronte... me encontraba camino al infierno.


viernes, 24 de febrero de 2017

La sobrevivencia del amor

Te he perdido y sin embargo te siento, te vuelvo a ver una y otra vez, dude de tu existencia y aun así  pareces tan real. Te he visto  con rostro a veces y otras veces se desvanece como las huellas en la playa. La proyección de mi amor sobrevive mientras cambia de forma. Dejo lejos los recuerdos con nombres y sensaciones. Los borro para algo nuevo, los archivo en lo mas profundo. La vida me enseño que el amor existe, no nace ni muere, prevalece en nosotros, solo lo entregamos y a veces creamos objetos de amor, una cara, un nombre, un cuerpo, una voz. Una proyección de alguien real, que puede ser o no verdadera, con todas nuestras visiones y esperanzas, con características exageradas, lo que llamamos cristalización. El amor existe y persiste en nuestro interior. He elegido seguir y dejar libre mis sentimientos, dejar de aprisionarlos y vivir con la sensatez que me hace falta. Entender el amor como el bien mayor y entregarlos a mis cercanos, dejar de pensar en la egoísta visión de una limitada pareja a mi lado. Entendiendo que no necesito un complemento  si alguna ves sucede sera porque esa persona me ayude a ser la mejor versión de mi mismo, haciendo posible la sinergia y simbiosis necesarias para ser un buen equipo, respetando nuestra libertad, siendo libres juntos y pudiendo potenciarlos en lo que mas se pueda, logrando ser cómplices, amigos y cercanos. Si eso ocurre no necesitare mas que la oportunidad de demostrar que lo puedo lograr...

nos vemos al final del arcoiris

 la vida es cruda a veces y no nos da tiempo para maniobrar, no sabemos cuando será la ultima conversación o la ultima sonrisa que recibirem...