De la mano de la palabra integridad podríamos indicar que cada persona en su formación valórica, suponiendo que la tenga, estaría condicionado de manera natural al bien actuar. ¿es posible que esta formación sea completamente ajena a una doctrina o educación religiosa?
El bien actuar deriva de una mezcla cada vez más escasa de comportamientos adquiridos, algunos naturales y otros que sinceramente están desapareciendo. el principal podríamos catalogarlo como el más importante es la empatía, este punto es importante al sobrevivir en un sistema económico despiadado que en base a la meritocracia vende que las posibilidades de la gente están en base a sus esfuerzos y logros. aquel discurso se cae fácilmente al exponer la realidad de la mayoría de las personas que, si bien se esfuerzan junto a su círculo, permanece bajo la estigmatización social y ante bajas posibilidades de surgir o escalar socialmente. este discurso es viable siempre y cuando te sientas parte de los privilegiados, esto deja de cobrar sentido cuando notas que no perteneces a ese círculo. el problema es que mucha gente cree pertenecer a los privilegiados y creen que políticas de esta índole repercutan negativamente en su actual situación.
La capacidad de empatía sería aplicable en este caso al no ser parte clara de este círculo afectado, pero al verla como un tema preocupante y haciéndose parte del problema apoyan este tipo de políticas o beneficios. en este ejemplo intento graficar la clásica frase popular "no le hagas a los demás lo que no quisieras que te hagan"
Si citamos los significados de la palabra o consensuamos que la integridad se podría definir cómo hacer lo correcto, no por presión. si no que por elección realizar lo correcto. decidir hacer bien.
considerando este punto podríamos decir que una persona que actúa y considera hacer el bien tiene una escala valórica asociada a su educación
Existen dos posibilidades más que parecen ser importantes de nombrar ante mi análisis de esta situación. la persona que actúa bien por la sencilla razón de considerar que no debe intervenir ni dañar a los demás por valorar la tranquilidad de vivir pacíficamente y por el respeto de las libertades de las personas. además, existe la posibilidad de quienes no miden consecuencias y quienes ignoran los sentimientos y el daño colateral generado por sus actos.
Ante esta realidad sigue prevaleciendo las percepciones personales, vivimos en mundos que coexisten pero que sinceramente jamás serán el mismo, la realidad no es más que un consenso necesario para hacer tangible la coexistencia. pero también es real, al menos en mi percepción existen leyes naturales que nos recuerdan constantemente que es necesario el orden, que aquello esta de la mano del respeto y la filosofía. podemos ser íntegros y felices o quizás llegar a la misma felicidad siendo ignorantes.
la amiga más sensata del que reflexiona es la soledad, la que no te interrumpe, la que te aclara, la que junto al silencio te guía, la que junto con el insomnio te preocupa, la que con el cansancio se duerme, la que con los sueños te muestra realidades incomprensibles con los más variados códigos, códigos que solo tú conoces, las llaves de tu inconsciente, los secretos más profundos de tu ser, la puerta entre la luz y la oscuridad interior, el momento para saber quién eres realmente.
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