miércoles, 26 de septiembre de 2018

Alquimista de emociones.

 Dentro de los archivos de mi experiencia en esta tierra, en la profunda lógica empírica de mis visiones, he logrado un amplio archivo de momentos. la gran mayoría de ellos invocan a las sensaciones y recuerdos asociados con distintas experiencias, tales como el olor a tierra mojada o la sensación de correr entre praderas de trigales verdes. la sensación de frescura de caminar entre un bosque de aromos a la orilla de un estero o el correr por los senderos de los campos que recorría en mi niñez, algunos traen recuerdos que evocan la alegría, momentos inolvidables de la mano de mis hermanas. otras sinceramente me hacen sentir pequeño, la inmensidad de la noche bajo un manto de estrellas o los sonidos de los grillos en la noche.

 Conforme pasa el tiempo no puedo evitar traerlos a mi mente, inconscientemente estos fragmentos de mi vida son más que una vivencia almacenada en mi memoria, ya que traen consigo sensaciones tan vividas que podría decir con toda justicia que parece que los volviera a vivir. así mismo ocurre con cada persona que con quien logré algún tipo de cercanía. sonrisas cómplices que me alegraron el día o la sensación de perder el aire y sentir que no podía respirar de tanta risa. aquellas vivencias no pasan por mi memoria sin dejar una sensación amarga al pensar que quizás aquellos momentos sean inmejorables y que quizás todos ellos en conjunto fueron parte importante de las mejores vivencias que experimente. de la mano del idealismo puro de una mente inquieta y acompañados de las idealizaciones de cada una de esas personas no puedo lograr ver la realidad de esos capítulos de mi vida, en el constante cuestionamiento de quienes eran esas personas con quienes compartí y quienes eran ellos en su imagen idealizada que participaban en mi vida como personajes secundarios de una larga historia. cada recuerdo es el inicio de un vinculo que lo quiera o no, para bien o para mal, marcaron profundamente mi ser. algunos terminaron con sabores amargos y tristes. mientras otros fueron tan notables que no puedo evitar una gran sonrisa. pero por mas que me cueste aceptarlos, cada vivencia tubo algo único y notable que me hizo sentir vivo y que por mas triste que fuera el capitulo o su final. fueron parte importante de mi formación como persona y que gracias a ellos puedo decir que soy yo mismo.

 En cada una de las lágrimas y su salado sabor. en cada uno de los abrazos fraternos olvidados en el tiempo, en cada recuerdo melancólico de estos oscuros pasajes. existe en lo mas interno, en lo mas puro y profundo. la sensación de haberme entregado de la mejor manera que podía ofrecer en esos momentos.

Puedo decir con toda certeza y seguridad. que pasado el tiempo y analizando los aprendizajes empíricos. sigo siendo la persona que creí olvidada bajo mis armaduras y defensas. en lo más profundo de mi ser sigo siendo el idealista que intenta ser justo y que protege a los suyos. sigo siendo quien atesora lo sencillo y quien no intenta algo si no está dispuesto a darlo todo.

nos vemos al final del arcoiris

 la vida es cruda a veces y no nos da tiempo para maniobrar, no sabemos cuando será la ultima conversación o la ultima sonrisa que recibirem...