4 mayo 2013, a la(s) 13:57
Recuerdo el día que el fuego consumía las hojas con los textos de antaño, el humo parecía dejar libres las palabras, palabras que no volverían a ser leídas, ni tampoco guardadas para un futuro, palabras que tuvieron un mal final ya que nunca nacieron en los labios de mi boca, sino mas bien en el interior de mi mente, tampoco murieron en los oídos de quienes las habían inspirado, ni en los ojos de quienes las habrían leído si hubieran tenido la oportunidad, preferí la libertad de dejarlas morir y elevarse con el viento. El final de tiempos finiquitados en una simple acción parecía liberarme de mi prisión mental como si aquellas palabras fueran grilletes en mis extremidades, que a cada paso me dificultaban el avance y su sonido me impedía olvidar mis culpas, quizás intentando eliminar toda evidencia del paroxismo interior que ocurría en lo profundo de mi triste persona, como en antaño había ocurrido antes aquella acción me dio calma, por momentos creí que todo había terminado. Pero para mi sorpresa nada de eso ocurrió como lo pensaba. Esta vez estaba nuevamente ahí, pensando en mi actuar y todo lo que he hecho, las cosas nunca son como parecen ni tampoco tienes el control, pero creo que esta vez hice lo correcto, lo correcto para poder dormir tranquilo, para poder sentirme bien conmigo y para poder haberle dado una muerte digna a mis palabras que esta vez tuvieron un final digno, aquellos grilletes de antaño me liberaron en el momento en que me fui fiel a mí mismo y luchando por mi propia libertad logré alcanzar al menos un segundo de tranquilidad, la sensación de que todo sirve de aprendizaje y sin dejar nunca de lado a Huginn y Muninn. (Reflexión y memoria) para intentar al menos tomar la mejor decisión posible cuando sea su momento…
Recuerdo el día que el fuego consumía las hojas con los textos de antaño, el humo parecía dejar libres las palabras, palabras que no volverían a ser leídas, ni tampoco guardadas para un futuro, palabras que tuvieron un mal final ya que nunca nacieron en los labios de mi boca, sino mas bien en el interior de mi mente, tampoco murieron en los oídos de quienes las habían inspirado, ni en los ojos de quienes las habrían leído si hubieran tenido la oportunidad, preferí la libertad de dejarlas morir y elevarse con el viento. El final de tiempos finiquitados en una simple acción parecía liberarme de mi prisión mental como si aquellas palabras fueran grilletes en mis extremidades, que a cada paso me dificultaban el avance y su sonido me impedía olvidar mis culpas, quizás intentando eliminar toda evidencia del paroxismo interior que ocurría en lo profundo de mi triste persona, como en antaño había ocurrido antes aquella acción me dio calma, por momentos creí que todo había terminado. Pero para mi sorpresa nada de eso ocurrió como lo pensaba. Esta vez estaba nuevamente ahí, pensando en mi actuar y todo lo que he hecho, las cosas nunca son como parecen ni tampoco tienes el control, pero creo que esta vez hice lo correcto, lo correcto para poder dormir tranquilo, para poder sentirme bien conmigo y para poder haberle dado una muerte digna a mis palabras que esta vez tuvieron un final digno, aquellos grilletes de antaño me liberaron en el momento en que me fui fiel a mí mismo y luchando por mi propia libertad logré alcanzar al menos un segundo de tranquilidad, la sensación de que todo sirve de aprendizaje y sin dejar nunca de lado a Huginn y Muninn. (Reflexión y memoria) para intentar al menos tomar la mejor decisión posible cuando sea su momento…
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