miércoles, 29 de mayo de 2013

alter ego (5)

3 abril 2013, a la(s) 3:02

 Luego de ese esperado encuentro note como su presencia se desvanecía y en mis manos aquel papel se volvía polvo, mi mente en forma de lobo volvió a mutar y frente a mis ojos se volvió una lechuza, tras el valle del laberinto llegue a una misteriosa tierra llena de estandartes, espadas en el piso junto con esqueletos y cuerpos de caballería antigua rodeaban su entrada, era como si constantemente en aquel lugar se hubieran luchado mil batallas y como si aquellos cuerpos estuvieran en aquel lugar como advertencia de no acercarse.
 La naturaleza muerta a su alrededor junto con el polvo de tierra que cubría parcialmente los cadáveres se expandía por todo el lugar, a lo lejos se veía el único camino con maleza y arbustos por doquier,mire a mi alrededor y tome una espada de uno de aquellos cadáveres, con cuidado sin perturbar el sueño eterno de aquel hombre y me dispuse a seguir en aquella dirección,aquella lechuza avanzaba y a ratos se presentaba frente a mí, su incesante sonido me intrigaba porque no había visto mi mente así nunca antes, era como si quisiera prevenirme de algo, aquel lugar parecía estar en penumbra constante como si el sol tuviera miedo de alcanzar aquellas tierras, mientras la naturaleza muerta daba indicios de que ese lugar había sido muy distinto hace tiempo atrás.
Luego de un par de horas en esa dirección y ya cansado de abrirme paso entre las ramas y hojas secas logre ver a un anciano errante, parecía solo estar ahí e intente comunicarme, su visión estaba ida como si solo su cuerpo permaneciera ahí, al acercarme lo suficiente lo salude:

-Hola señor,disculpe, ¿qué ocurrió aquí?, a lo que contesto sin mirarme…
- Solo te diré que no deberías estar aquí… y en ese instante escuche el vuelo de algunos pájaros,entre los que pude divisar mi guía, cuando volví la cabeza aquel hombre ya no estaba pero en donde estaba había una antorcha en el piso y en dirección hacia donde estaba su vista había una cueva, tome la antorcha y me acerque a un fogón que parecía estar prendido de hacía tiempo, como si por décadas la llama de aquel fuego no se extinguiera. Con la antorcha encendida en mis manos y la espada que aún conservaba conmigo avance por aquel lugar, a mis espaldas pude sentir la presencia de aquella dulce chica cerca de mí otra vez y junto con el susurro del viento escuche su voz diciendo: “se acabó el tiempo…”

Pero al buscarla no la volví a ver, en aquel lugar solo había frio y soledad, frente amis ojos solo tenía en mi la persistente voluntad de llegar a aquella salida y junto con ello intentar encontrar respuestas.

Caminando por aquel lugar escuche pasos detrás mío, los que se escuchaban cada vez más cerca,asustado me puse en guardia e intente ver de donde provenían aquellos sonidos,lo cual me fue imposible y al retroceder tropecé con una piedra. Cuando caí perdí la antorcha que cayó unos metros tras de mí y la espada también, en ese instante escuche como desenvainaban una espada.
Al girar mi cabeza lentamente pude ver que eran dos tipos que parecían ser guardias los queme tomaron prisionero y me llevaron a lo que parecía ser una fortaleza, me maniataron y pusieron sobre mi cabeza una capucha, mientras no sabía dónde me llevaban me sentí muy mal y solo camine en la dirección que me llevaban mis captores, esperando llegar pronto sin resistencia avance en silencio, sin preguntas pero pude notar que ambos conversaban.

-         ¿Notaste el parecido que tienen?, es idéntico a nuestro comandante.

A lo que respondió.
-         tiene unas décadas menos, se ve más joven…

Luego de aquel extraño cruce de palabras llegue a lo que parecía una fortaleza, con muchas defensas,un asedio gigante parecía haber estado ahí y todo parecían preparados para lo peor,
 Mis captores me llevaron a la presencia de su comandante y me sacaron la capucha, su figura era como la mía, su cara era mi imagen demacrada a los 50 años, aquel hombre era huraño y mal educado, con un ceño severo, constantemente a la defensiva y con un notorio temor tras su aparente control de todo.

-         ¿Porqué ha franqueado nuestras defensas? Pregunto con severidad mientras tomaba posición tras un gran escritorio lleno de papeles, fotos y mapas con dibujos.

-         ¿A que le temen?, ¿porque se preparan tanto?, respondí, saben que no pueden impedir nada…

-         Maldito ingenuo, te hemos salvado de varias asedios, deberías estar orgulloso de lo que hemos logrado, ¿acaso no recuerdas las antiguas tormentas?, o ¿cómo perdimos la capital?, nuestras defensas y conquistas te mantienen a salvo maldito iluso, ¿qué quieres hacer ahora?...

Con exaltación aquel hombre saco de su escritorio un antiguo juego de ajedrez y me retó…

-         ¿Conoces las reglas del ajedrez? ¿Las recuerdas?

A mi mente se vinieron los recuerdos de cuando jugaba con mi padre y como él se dejaba perder con su sonrisa de siempre, note que el haría lo mismo, pero en este caso abusaría de su poder, era mi alter ego que peleaba en mi contra con el pretexto de protección.En las afueras de aquel lugar parecían estar muy alertas.

Como pude intente persuadirlo, pero estaba decidido, no había espacio a dialogo. Cuando elegí pieza me tocaron las blancas, mi lechuza logro entrar por una ventana y se quedo junto a mí, mientras junto a mi alter ego se acercó un cuervo. Era momento de comenzar y al hacerlo note que cada jugada hacía temblar aquel mundo de fantasía,a cada muerte de un peón, caían sus soldados y en mi caso aquellas piezas eran conocidos,tenía mi reina, caballos, torres y alfiles, peones y el rey sobre el tablero.

Ante aquel juego iba perdiendo como era de esperarse, pero tenía aun algunas cosas quehacer, quedaban aun en el tablero mi reina, dos caballos y una torre pero estaba todo perdido, en ese momento deje caer mi rey y mi alter ego se burlo mientras reía sin importarle nada, mientras él estaba distraído tome del tablero las piezas que aun tenía y escape como pude, ante eso el comandante solo no paraba de reír y burlarse. Corriendo como podía intente alejarme mientras mi lechuza había desaparecido nuevamente, en su lugar un caballo salvaje apareció. Relinchando con su cabellera larga me permitió subirme y me ayudo a volver, cuando llegamos a destino note que estaba en mundo absurdo ya que el juez era mi alter ego, ahora las cosas parecían tener un poco de lógica entre la gente también pude notar que aquella chica que seguía mis pasos, aquella reina en el tablero de ajedrez, aquella presencia había estado en el juicio entre el público…



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