11 abril 2013, a la(s) 8:47
Tras la oscuridad de su pelo esconde su mirada, entre sonrisas se esconde en abrazos, toma distancia y evita hablar de lo que podría lamentar. Entre las actitudes más dulces que le he visto se comporta con espontaneidad, evita emitir comentarios, ante eso sus canciones infantiles le han dado animales imaginarios, que utiliza como aliados en situaciones incomodas, en sus conversaciones suele estar atenta y escuchar más de lo que dice. Mientras su presencia tranquiliza mis preocupaciones, la tierna sensación de su cercanía lo envuelve todo, dice ser ruda y es la dulzura hecha persona. Pero su lastimada alma evita acercarse demasiado para no quemarse con las sensaciones que en historias anteriores le hicieron daño, piensa que las historias se repiten y que los factores no importar, que más vale no arriesgar, por el miedo a la derrota, y frente a esos comentarios me quedo perplejo intentando que mis neuronas logren el entendimiento máximo y le expliquen por telepatía, que en mi mente parecen existir respuestas a cada una de sus incertidumbres, pero mis tontas palabras no logran comunicar aquel mensaje…PD: serán suficientes estas palabras para que se dibuje en tu cara una sonrisa de un día entero?
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