Luego de ese esperado
encuentro note como su presencia se desvanecía y en mis manos aquel
papel se volvía polvo, mi mente en forma de lobo volvió a mutar y frente
a mis ojos se volvió una lechuza, tras el valle del laberinto llegue a
una misteriosa tierra llena de estandartes, espadas en el piso junto con
esqueletos y cuerpos de caballería antigua rodeaban su entrada, era
como si constantemente en aquel lugar se hubieran luchado mil batallas y
como si aquellos cuerpos estuvieran en aquel lugar como advertencia de
no acercarse.
La naturaleza muerta a su alrededor junto con el
polvo de tierra que cubría parcialmente los cadáveres se expandía por
todo el lugar, a lo lejos se veía el único camino con maleza y arbustos
por doquier,mire a mi alrededor y tome una espada de uno de aquellos
cadáveres, con cuidado sin perturbar el sueño eterno de aquel hombre y
me dispuse a seguir en aquella dirección,aquella lechuza avanzaba y a
ratos se presentaba frente a mí, su incesante sonido me intrigaba porque
no había visto mi mente así nunca antes, era como si quisiera
prevenirme de algo, aquel lugar parecía estar en penumbra constante como
si el sol tuviera miedo de alcanzar aquellas tierras, mientras la
naturaleza muerta daba indicios de que ese lugar había sido muy distinto
hace tiempo atrás.
Luego de un par de horas en esa dirección y ya
cansado de abrirme paso entre las ramas y hojas secas logre ver a un
anciano errante, parecía solo estar ahí e intente comunicarme, su visión
estaba ida como si solo su cuerpo permaneciera ahí, al acercarme lo
suficiente lo salude:
-Hola señor,disculpe, ¿qué ocurrió aquí?, a lo que contesto sin mirarme…
-
Solo te diré que no deberías estar aquí… y en ese instante escuche el
vuelo de algunos pájaros,entre los que pude divisar mi guía, cuando
volví la cabeza aquel hombre ya no estaba pero en donde estaba había una
antorcha en el piso y en dirección hacia donde estaba su vista había
una cueva, tome la antorcha y me acerque a un fogón que parecía estar
prendido de hacía tiempo, como si por décadas la llama de aquel fuego no
se extinguiera. Con la antorcha encendida en mis manos y la espada que
aún conservaba conmigo avance por aquel lugar, a mis espaldas pude
sentir la presencia de aquella dulce chica cerca de mí otra vez y junto
con el susurro del viento escuche su voz diciendo: “se acabó el tiempo…”
Pero
al buscarla no la volví a ver, en aquel lugar solo había frio y
soledad, frente amis ojos solo tenía en mi la persistente voluntad de
llegar a aquella salida y junto con ello intentar encontrar respuestas.
Caminando
por aquel lugar escuche pasos detrás mío, los que se escuchaban cada
vez más cerca,asustado me puse en guardia e intente ver de donde
provenían aquellos sonidos,lo cual me fue imposible y al retroceder
tropecé con una piedra. Cuando caí perdí la antorcha que cayó unos
metros tras de mí y la espada también, en ese instante escuche como
desenvainaban una espada.
Al girar mi cabeza lentamente pude ver
que eran dos tipos que parecían ser guardias los queme tomaron
prisionero y me llevaron a lo que parecía ser una fortaleza, me
maniataron y pusieron sobre mi cabeza una capucha, mientras no sabía
dónde me llevaban me sentí muy mal y solo camine en la dirección que me
llevaban mis captores, esperando llegar pronto sin resistencia avance en
silencio, sin preguntas pero pude notar que ambos conversaban.
- ¿Notaste el parecido que tienen?, es idéntico a nuestro comandante.
A lo que respondió.
- tiene unas décadas menos, se ve más joven…
Luego
de aquel extraño cruce de palabras llegue a lo que parecía una
fortaleza, con muchas defensas,un asedio gigante parecía haber estado
ahí y todo parecían preparados para lo peor,
Mis captores me
llevaron a la presencia de su comandante y me sacaron la capucha, su
figura era como la mía, su cara era mi imagen demacrada a los 50 años,
aquel hombre era huraño y mal educado, con un ceño severo,
constantemente a la defensiva y con un notorio temor tras su aparente
control de todo.
- ¿Porqué ha franqueado
nuestras defensas? Pregunto con severidad mientras tomaba posición tras
un gran escritorio lleno de papeles, fotos y mapas con dibujos.
- ¿A que le temen?, ¿porque se preparan tanto?, respondí, saben que no pueden impedir nada…
- Maldito
ingenuo, te hemos salvado de varias asedios, deberías estar orgulloso
de lo que hemos logrado, ¿acaso no recuerdas las antiguas tormentas?, o
¿cómo perdimos la capital?, nuestras defensas y conquistas te mantienen a
salvo maldito iluso, ¿qué quieres hacer ahora?...
Con exaltación aquel hombre saco de su escritorio un antiguo juego de ajedrez y me retó…
- ¿Conoces las reglas del ajedrez? ¿Las recuerdas?
A
mi mente se vinieron los recuerdos de cuando jugaba con mi padre y como
él se dejaba perder con su sonrisa de siempre, note que el haría lo
mismo, pero en este caso abusaría de su poder, era mi alter ego que
peleaba en mi contra con el pretexto de protección.En las afueras de
aquel lugar parecían estar muy alertas.
Como pude
intente persuadirlo, pero estaba decidido, no había espacio a dialogo.
Cuando elegí pieza me tocaron las blancas, mi lechuza logro entrar por
una ventana y se quedo junto a mí, mientras junto a mi alter ego se
acercó un cuervo. Era momento de comenzar y al hacerlo note que cada
jugada hacía temblar aquel mundo de fantasía,a cada muerte de un peón,
caían sus soldados y en mi caso aquellas piezas eran conocidos,tenía mi
reina, caballos, torres y alfiles, peones y el rey sobre el tablero.
Ante
aquel juego iba perdiendo como era de esperarse, pero tenía aun algunas
cosas quehacer, quedaban aun en el tablero mi reina, dos caballos y una
torre pero estaba todo perdido, en ese momento deje caer mi rey y mi
alter ego se burlo mientras reía sin importarle nada, mientras él estaba
distraído tome del tablero las piezas que aun tenía y escape como pude,
ante eso el comandante solo no paraba de reír y burlarse. Corriendo
como podía intente alejarme mientras mi lechuza había desaparecido
nuevamente, en su lugar un caballo salvaje apareció. Relinchando con su
cabellera larga me permitió subirme y me ayudo a volver, cuando llegamos
a destino note que estaba en mundo absurdo ya que el juez era mi alter
ego, ahora las cosas parecían tener un poco de lógica entre la gente
también pude notar que aquella chica que seguía mis pasos, aquella reina
en el tablero de ajedrez, aquella presencia había estado en el juicio
entre el público…