26 de junio de 2013 a la(s) 1:55
Entre la tormenta suenan el cabalgar de caballos, la diligencia va en marcha con el mensaje. el cochero solo tiene una misión, la mas importante de su vida y de la que depende la vida de muchos otros. El color azabache de los caballos los hace ser casi invisibles en la noche, la flamante luna se veía a ratos mientras que las nubes cambiaban de dirección, el sonido del galope de los caballos y el avance del coche se fundían en un mismo sonido mientras el cochero empapado sentado en su endeble banca intentaba ver el camino que conocía casi de memoria, la tenue luz de los focos apenas lograba seguir encendido mientras en su mente solo había una cosa, no había lugar a errores y no podía fallar, debía entregar aquella carta que contenía el secreto que había sido celosamente guardado por generaciones, debía ser resguardado ya que si caía en las manos equivocadas podría ser desastroso. el frágil sistema pendía de un hilo que podría ser cortado con esta información, al punto que hacia tan evidente la fragilidad de nuestro sistema que algunas personas que conocían el secreto hubieran preferido que fuera borrado de la tierra, como si nunca hubiera sido revelado, por el contrario, las logias de antaño conservaban aquel conocimiento solo para los iniciados y sabiendo su gran poder lo mantenían vivo en sus historias.
Los truenos y relámpagos se mezclaban con el olor a barro y el sonido de piedras al galope de los caballos en su frenética carrera por llegar a destino, el camino cada vez se volvía mas oscuro ya que los arboles a los costados se unían como si fuera una gran catedral, la luz aun podía pasar pero cada vez era menos, aquel mensaje había sido enviado al ritual, aquellas manos que escribieron la carta habían sido silenciadas, el sello de aquel sobre aun estaba intacto de la mano del propio autor, el beso de la dulce dama de la muerte había callado para siempre su voz y se había llevado consigo el calor que alguna vez tuvo ese cuerpo y en su lugar solo dejó un costal de huesos y carne.
Aquel cochero había sido su confidente, aunque el no sabia el secreto asumió su tarea con especial dedicación, aquel hombre, el difundo lo había tratado con gran respeto y si bien era su empleado siempre se comporto como un gran amigo. aquel secreto llegaria a manos de los proximos iniciados, los siguientes lideres que como estaba escrito en los antiguos nanuscritos debian servir a la orden de por vida y resguardar el preciado tesoro. la ansiada verdad del todo...
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