lunes, 3 de agosto de 2015

Poema oscuro

Entre la niebla espesa, caminando entre los cadáveres de recuerdos muertos me atrapa la nostalgia de mi antigua calma, añoranzas de un tiempo lleno de inocencia. Confianza mal gastada en innumerables pedazos de un espejo roto que no me devuelve un reflejo claro de mi, cuerdas de antiguas marionetas y muñecas de porcelana rotas con falsas sonrisas que escondían bajo un velo de seda la realidad inquietante de demonios, camino entre valles llenos de escombros de un mundo creado y destruido por mi propia consciencia, renace de la nefasta visión un pálido suelo de nieve, el viento me rodea en juegos de remolinos de cenizas que me rodean por todos lados, fotos quemadas vuelan en susurros de mentiras que fueron reconfortantes una vez. Entre la oscuridad de aquella noche nublada y caminando sin rumbo veo mis huellas que me muestran que he caminado en círculos, rompo la senda y dejó el camino extraño y absurdo de la melancolía para abrazar el gris tono de matices carentes de colores, donde habían tormentas de emociones y sentimientos sólo quedan vestigios de data indeterminada, que ni la prueba de carbono catorce podría evidenciar. Frío carente de dolor y tranquilidad absoluta me muestra que el desapego no es mas que la sincera respuesta de una vida cruda y real, lejana a los espejismos de tanta grosera falta al sentido de la belleza, romanticismo carente de idealismo, vacío y profano por carcomidas almas, vivenció el camino austero de impresionante lucidez. El vapor de mi respiración acompaña el camino y dibuja en el viento visiones del futuro mucho más merecidas. En la noche de las oscuras sombras junto a los horrores encuentro mi lugar. Carente de miedos antiguos acepto a mi alterego. Mi mente vuelve a mi y se condensa en uno, deja su pequeño mundo idealizado para llevar a cabo la hazaña. La destrucción de un ciclo y el fuego interno me dan lo necesario para emprender el siguiente viaje, sin rumbo conocido más que el siguiente paso a dar, insensible producto de las consecuencias resguardo mi esencia, atesoro mi gracia. Me perdono por haberme expuesto a semejante episodio y lamento lo que por bondad en un sacrificio me costó perder lo más preciado que podía conservar mi cuerpo...


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