El tiempo pasa sin preguntarnos, somos esclavos de la cotidianidad, a veces no notamos el paso del tiempo como nos va cambiando, como ya no somos los de antes, como crecemos o incluso nuestros cambios internos. a veces se presentan decisiones y situaciones que escapan de nuestras manos. De manera casi automática se presenta la espera y la decisión, el tiempo pasa sin preguntar... se nos hace tarde, constantemente olvidamos lo importante, pasado el tiempo recuerdas que ya era tarde para decir te quiero a tu abuelo, lo recordaste justamente el día de su funeral. Era tarde para llamar a aquella chica por la cual te desvelabas, ella no esperara por siempre, de hecho ya dejo de hacerlo... era tarde para pedir disculpas, el problema fue el orgullo y ese exceso de auto referencia creyendo que no nos equivocamos, esperando que ellos se acerquen a nosotros. Otra vez es tarde decidiste mal y actuaste como no debías, es tarde para arrepentirse, ya está hecho... el reloj se mueve, no te espera... el tiempo acaba.
Segundo a segundo podrían ser los últimos, como en un reloj de arena en que la mitad superior esta oculta, en el que vez como cae la arena sin saber cuando caerá el ultimo grano, quien sabe si quizás el tiempo de escribir esto ya paso... tal vez ya era tarde cuando comencé...
Segundo a segundo podrían ser los últimos, como en un reloj de arena en que la mitad superior esta oculta, en el que vez como cae la arena sin saber cuando caerá el ultimo grano, quien sabe si quizás el tiempo de escribir esto ya paso... tal vez ya era tarde cuando comencé...
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